Hablamos mucho de Femenino Sagrado y Masculino Sagrado. ¿Es que hay diferencias?
Tengo dos noticias: una buena y otra mala.
¿La mala? Hombres y mujeres somos diferentes.
¿La buena? Mujeres y hombres no somos iguales.
Las diferencias fisiológicas son claras. Pero además obedecemos al influjo de diferentes hormonas que nos llevan «por la calle de la amargura» a veces… Vamos, que no somos iguales ni de coña. Otra cuestión es que tengamos los mismos derechos, eso es absolutamente INDISCUTIBLE. Pero no es eso de lo que queremos tratar.
A lo que vamos es a…
Esas diferencias que «nos separan».
Esas diferencias de las que no somos conscientes y y que hacen que llevemos siglos (cuando no milenios o más) en un continuo sindiós (o mejor dicho, sin diosa). Sin entendernos los unos con los otros y esperando inútilmente que el otro género se comporte y vea la vida igual que el mío.
¿Que a qué me refiero? Una imagen vale más que mil palabras…
Y por si no os vale una… Os pongo hasta dos, que hoy me siento generosa.
Seguro que no os suena a chino. Anda que no han vendido entradas las pelis de comedia romántica a base de estos topicazos… Pero «cuando el río suena, agua lleva» y, si tanto venden, a lo mejor es porque de alguna manera nos sentimos reflejados.
Lo peor de todo es que los humanos tendemos con mucha frecuencia a descalificar lo que no entendemos, y al final terminamos sentenciando aquello de «si es que todos los hombres son iguales» (aplíquese igualmente a la versión femenina).
Integrando, que es gerundio.
Al final yo creo que se trata de integración: de integrar lo femenino y lo masculino en mí misma. Porque es lo que tengo más cerca, más que nada. Los hombres de mi vida me reflejan mi masculino y lo mismo pasa con las mujeres.
Ah ¿que no sabías que tienes parte femenina por muy macho que seas? Hombre, por dios… Sí, y tú no te rías, guapa, que también tienes tu parte masculina.
Todos tenemos ambas partes. O sea, que por «masculino» no me refiero a los hombres, igual que por «femenino» no me refiero a las mujeres. Es verdad que lo femenino está muy pisoteado, pero haberlo, haylo.
Aquí los chinos nos adelantaron por la derecha y con aquello del yin y el yang lo dejaron todo descrito sin meterse en berenjenales de género.
Aparte de dejar gráficamente clarísimo que lo uno se encuentra como gérmen de lo otro y que hay fluidez y complementareidad entre ambos (en lugar de oposición y conflicto).
En occidente nos cargamos a lo femenino de un plumazo y nos quedamos tan a gusto… Y así nos va.
O lo recuperamos o vamos de cabeza al abismo (cuando me pongo melodramática, me pongo pero bien). Porque ambas energías forman parte de la dualidad y cada una tiene su función y su momento. Te cargas una pata de la silla y te la pegas. ¿No sería mejor reconocer ambas y saber cómo funcionan y cuándo se aplican en lugar de renegar?
Se ha escrito mucho sobre «el despertar de la diosa«. Para mí se trata únicamente de…
Recuperar el «Sagrado Femenino».
Cosa que no puede hacerse sin recuperar de la mano el «Sagrado Masculino» porque si nos desequilibramos y volvemos a primar a cualquiera de los dos sobre el otro, volvemos a cagarla y nos caemos con todo el equipo.
A lo mejor lo de «sagrado« os ha hecho rechinar los dientes…
No se trata de volver a los templos ni crear rituales ni hacer figuritas para adorarlas o llevarlas en la guantera del coche o volvernos todos a los bosques a vivir cubiertos de pieles en conexión con la madre Natura.
En esta, nuestra dualidad (nota mental: crear una serie de TV que se llame «así no hay quien viva») se trataría más bien de un Sagrado frente a un «revenío».
El femenino «revenío» es la harpía manipuladora, por ejemplo. El masculino «revenío» sería el que abusa de su fuerza para dominar con ella. Por poner un ejemplo sencillo aunque habría más. Ambos son igual de «reveníos».
¿Cuáles son los aspectos Sagrados? Aaaaah, amigos, eso es lo que tenemos que descubrir entre todos. Para tenerlos actualizaditos en su versión más reciente y moderna. Que yo ando también en ello. Tengo ahí los archivos encriptados pero no los he terminado de «bajar». 😉
Es probable que todas estas reflexiones se terminen materializando en algún taller. Te iré informando.