Seamos conscientes o no, vamos por la vida cargando con un montón de personajes y creencias que hemos ido adquiriendo por el camino: transgeneracionales, familiares, sociales, culturales, religiosas, políticas... Y somos capaces hasta de matar por defender esas creencias. Muchas veces, sin planteárnoslo siquiera.
Esta quincena tenemos una oportunidad más para observar cuáles son esas cargas que llevamos. Esta vez, a través del conflicto.
Cada vez que te veas reflejad@ en un conflicto que "te pica" de alguna manera, echa un vistazo a la situación. ¿Hay varias partes en conflicto? ¿Con cuál o con cuáles te alineas? ¿Por qué? A lo mejor lo que ocurre es que una te pica más que otra. ¿Cuál es la que más "te pica"? ¿Por qué te molesta? ¿Te está tocando un valor fundamental para ti o te está reflejando una creencia? ¿Para qué te sirve esa creencia? ¿La puedes soltar?
Cada vez que veas que no avanzas hacia algo que aparentemente quieres... mira a ver si tienes un conflicto interno. A lo mejor solo es una parte de ti la que quiere conseguir eso, pero hay otra que no. Y la única forma de avanzar será llegar a un acuerdo entre ellas. ¿Cómo?
Lo más "gracioso" de la polaridad es que un polo no puede vivir sin el otro. Cuanto más te polarizas hacia uno de los extremos, más se detona algún tipo de polarización en el otro bando para compensar. Cuanto más te polarizas "hacia la luz", más se polariza tu sombra (o más tendrá que polarizarse alguien hacia la oscuridad, para compensar). Y viceversa. Por eso la saga de "Star Wars" no se termina nunca, porque mientras haya Jedis y Lord Siths, esto no se acaba nunca. Se suceden generación tras generación tras generación y sieeeeempre estamos en lo mismo. Porque la 3D es así de polar y de cansina ella.
Dicho así, parece una condena. ¿Es que no hay una salida?
En cuanto el conflicto interno entre varias opciones... haz la prueba. Ábrete (como el Loco) a que surja una tercera vía que pueda englobarlas a las dos (algunos llamar a este proceso "alquimia") y luego me cuentas.
En cuanto a la polaridad... ¿Por qué hemos elegido creer que ambos extremos de una misma polaridad tienen que estar en conflicto y lucha entre ellos? A lo mejor no es así. A lo mejor podemos optar por la integración de ambas polaridades en un@ mism@. Reconociendo que no pueden existir la una sin la otra y trascendiendo la necesidad de que gane una de las dos y la tentación de juzgar a una como "mala" y a la otra como "buena".
No es fácil, ya lo sé. Es de máster (de ahí la última carta). Pero detrás de este proceso hay una promesa de paz de lo más apetecible ¿no te parece?
Seamos conscientes o no, vamos por la vida cargando con un montón de personajes y creencias que hemos ido adquiriendo por el camino: transgeneracionales, familiares, sociales, culturales, religiosas, políticas... Y somos capaces hasta de matar por defender esas creencias. Muchas veces, sin planteárnoslo siquiera.
Esta quincena tenemos una oportunidad más para observar cuáles son esas cargas que llevamos. Esta vez, a través del conflicto.
Cada vez que te veas reflejad@ en un conflicto que "te pica" de alguna manera, echa un vistazo a la situación. ¿Hay varias partes en conflicto? ¿Con cuál o con cuáles te alineas? A lo mejor lo que ocurre es que una te pica más que otra. ¿Cuál es la que más "te pica"? ¿Por qué te molesta? ¿Te está tocando un valor fundamental para ti o te está reflejando una creencia? ¿Para qué te sirve esa creencia? ¿La puedes soltar?
Cada vez que veas que no avanzas hacia algo que aparentemente quieres... mira a ver si tienes un conflicto interno. A lo mejor solo es una parte de ti la que quiere conseguir eso, pero hay otra que no. y la única forma de avanzar será llegar a un acuerdo entre ellas. ¿Cómo?
Gran parte de la Maestría que venimos a desarrollar en esta 3D tiene que ver con ser conscientes de esta dualidad y ser capaces de trascenderla para no enredarnos tanto en ella. Cuanto más nos polarizamos, más nos perdemos. El camino de la Maestría es justo el inverso: el de la reunificación interna. Aunque nuestra inercia nos lleve a la separación.
Ya lo hemos visto muchas veces, pero no está de más recordarlo:
¿Cuál quieres que sea tu contribución al inconsciente colectivo? ¿Echarás más leña al fuego avivando el conflicto? ¿O prefieres añadir neutralidad?
Y sobre todo: ¿Qué es lo que quieres para ti?